En Cádiz, con un par de días de diferencia. Me gusta escoger la bajamar a la hora de la puesta del sol. Y me gusta la luz lateral, más que la trasera, que suele ser ingobernable, pero es la que cae en las playas aquí. Menos mal que las nubes apagaron el sol en las fotos de La Caleta.
Todo esto recuperando dos objetivos de 300mm para encuadrar la catedral adecuadamente de manera que llenara el encuadre.





