Cádiz, atardeciendo

En Cádiz, con un par de días de diferencia. Me gusta escoger la bajamar a la hora de la puesta del sol. Y me gusta la luz lateral, más que la trasera, que suele ser ingobernable, pero es la que cae en las playas aquí. Menos mal que las nubes apagaron el sol en las fotos de La Caleta.
Todo esto recuperando dos objetivos de 300mm para encuadrar la catedral adecuadamente de manera que llenara el encuadre.

Ana

El gesto de tirarse de la cola figua la propia fuerza para salir de donde se está sin la ayuda de nadie, por si misma. Viene de la escena del Barón de Münchausen en la que al haberse metido en un fangal con su caballo evita hundirse agarrándose él mismo por el pelo y sacándose él y cabalgadura del charco.

Recuperando a Analí

Habremos hecho como veinte sesiones, más de veinte mil fotos. Después de un año largo de espera podemos volver a juntarnos y hacer algo. En estudio, cosa rara en nosotros, con mantilla, que es semana santa. Para mi amiga, que demuestra que el flamenco nace aquí pero crece en todo el mundo. Desde Venezuela a Sevilla, pasando por Granada.

No me gusta que las bailarinas posen, me gusta que bailen. Pido que se muevan, que se pongan música en la cabeza. Algunas veces, como hoy, la música es real. Y a menudo pido que cuenten una historia bailando. Sientantel baila sin salir de la silla, no me mires, no estés pendiente de la cámara, escucha la música y habla para ti con ella. Impr

ovisa un baile como si estuvieras trabajando ideas para una futura coreografía. Escribe tus notas ahora, delante de la cámara.

Para Analí, con todo mi cariño.

Alba con vestido de Guillermo Ramirez